Bienvenidos a este lugar.....
Este lugar es ese gris espacio entre el blanco y el negro, esa pequeña idea entre la genialidad y la locura, ese minimo paso entre el bien y el mal, esas pocas palabras entre la felicidad y la tristeza, esa delgada linea entre el amor y odio..... esa sagrada hoja escrita que separa tu vida, de tu muerte...

sábado, 25 de diciembre de 2010

Bajo el sol

Escribí esto en papel, es bastante largo, y no lo pondré todo aqui, quizas no sea bueno, pero lo escribí bajo un sol infernal en el medio de la nada en el desierto, para mí eso le el valor. como sea, aqui va un extracto.

Sobre mi cabeza el sol fulmina cualquier pensamiento
Mis memorias y recuerdos los lleva el viento
Mis pies fundidos con el suelo adormecido
Sienten el peso de mi alma mis hombros caídos
Seca el aire mis ojos de lágrimas a medio llorar
Y el polvo tapa mi garganta antes de poder gritar.

Mi piel se agrieta como las rocas de lugar
Dejando mi carne a merced del fuego solar,
Mis manos sangran extasiadas de ansiedad
Manchando el suelo virgen sin piedad.

Mi pecho se abre a la mitad
Mi carne y costillas se separan
Mi cuerpo, mi mente y mi alma dejan de ser uno
Y cae al suelo seco, mi corazón desnudo

Vacío levanto la mirada,
El humo de las hogueras indica la llegada
Seres antiguos y sabios me indican el camino
Donde dejaré para siempre mi vida pasada.

Camino hacia el fuego lento y cansado
Mi espalda sufre con el peso de mis pecados
Pecados de otra época, feliz y placentera,
De errores repetidos y estabilidad pasajera,
De miedos ocultos bajo capas de inseguridad,
De demonios varios y varios más
De ceguera profunda, y aunque verdadera
Más no vale esta como lamento
Si no va de la mano junto al verdadero arrepentimiento.

En dirección al altar encaminado,
A mis pies por la tierra mi corazón es arrastrado,
Mi mente divaga en un universo distante,
Bajo el sol, adelante, el fuego arde.

Desde el centro del cielo el sol alumbra
El ritual que hará a mi alma abandonar la penumbra,
Mi corazón late dentro de mi pecho, renovado
Por la tierra y el viento ha sido resucitado,
Mis ojos han sido abiertos, y mis errores perdonados,

Mis pies en el desierto, han sido reforzados
Y tras ver una última lagrima de mi ojo caer
Solo, bajo el sol, he vuelto ha nacer.

viernes, 17 de diciembre de 2010

No todo se dice con palabras

Proceso de reinvención y proyección laboral, aunque solo en fase contemplativa. De mi nada por que no quiero caer en el concepto equivoco general de confundir los conceptos de "red social" y "diario de vida".

Si usted quiere un buen pais, y "desarrollado": 1.- apoye la legalización del aborto terapeutico 2.- no sea de gente que se alegra de que los presos se mueren y vea las cosas con altura de miras 3.- los carabieneros son corruptos y abusadores, si no todos, al menos el 99 %, ahora se me está dando la razon. (ese fue un extra para rellenar).


Ahora el relato...

Subió a la micro a la hora del atardecer, el día había sido agotador y no quería hacer nada más que tuviera que ver con el trabajo hasta que el fin de semana pasara y volviera el lunes.

Abordó el transporte lentamente y pago su pasaje sin siquiera mirar al conductor, observó el pasillo del vehículo buscando con la mirada un lugar desocupado donde sentarse, caminó hasta la tercera fila del lado izquierdo, un par de asientos permanecían vacíos, ocupó el del fondo, clavó la mirada en la ventana y colocó en sus oídos los audífonos con música rock al volumen más alto posible.

Pasado unas calles, un hombre se sentó a su lado, él no subió la mirada a pesar de haberse dado cuenta de su presencia, solo siguió concentrado en la música que escuchaba y que usaba para evitar conversaciones indeseadas con extraños.

A lo largo del camino sintió que la presencia de su acompañante lo molestaba más y más, pero al mismo tiempo sentía curiosidad por saber como lucia aquel sujeto. Finalmente el extraño llegó a su destino y se dispuso a bajar del vehículo. Al momento él se desprendió de los audífonos y volteó hacia el hombre.

Su piel se erizó y un escalofrío largo le recorrió la espalda al reconocer al hombre, - no todo se dice con palabras – le había dicho su padre un par de días antes de morir hace una semana.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Angeles fuimos.

Tiempo de no pasar por aquí, tiempo ya de muchas cosas. Escribo tranquilo porque nadie lee, y esto se ha vuelto más una extensión de mi memoria que un sofisticado diario mural.

Las vacaciones llegan y el mucho tiempo libre amenaza con volverse un enemigo. El tiempo siempre es un enemigo. Espero poder racionalizarlo bien, hay cosas que se deben hacer, otras que no se deben pero que haré de todas formas.

He leído por montones, quizás más que nunca en mi vida, he también vuelto a componer, y si a las atrocidades que hago se les puede llamar así, también he pintado y dibujado. No he escrito, escribir es distinto, he tratado de hacerlo, pero no resulta sencillo a veces.

Lo cierto es que tampoco ahora se que escribir, mi cabeza no funciona bien, un caleidoscopio bicolor se torna todo lo que ante mis ojos está, dos colores me aterran como nada más lo podría hacer.

En fin, como anécdota diré que descubrí otra canción que me hace llorar, una canción infantil, el segundo (creo) ending de Dragon Ball Z, no se si es por los recuerdos de mi infancia, por la nostalgia, por la letra o por los términos específicos que se usan, pero ahí está, extraña, alegre y triste a la vez, a menudo ahora me siento así.

Ángeles fuimos.

Pasa el tiempo y los recuerdos

Se van alejando ya.

Ángeles fuimos y desde el cielo

Semillas dimos de amor.

La tristeza de este mundo se borró,

Y viendo el cielo azul,

La amistad y el amor siempre brillaron

Y hoy también lo harán.

Mis alas no tengo, desaparecieron ya,

Pero conmigo tengo aún el poder.

En tu pupila el arcoiris se reflejó,

Y el amor florece en tu corazón.

Sigue teniendo fe y esperanza

En que el mañana va a cambiar.

Este desierto se transformará,

Paraíso es lo que pronto será.

Abre tu corazón, la magia y el amor

¡Son verdad!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Si pudiera

Si pudiera escribir una leyenda, escribiría Los ojos verdes de Bécquer.

Si pudiera escribir un poema, escribiría El poema 20 de Neruda.

Si pudiera escribir una novela, escribiría 100 años de soledad de García Márquez.

Si pudiera escribir un libro, escribiría Misery de King.

Si pudiera escribir un cuento, escribiría Alicia en el país de las maravillas de Carroll.

Si pudiera escribir una narración, escribiría Corazón delator de Poe.

Si pudiera tocar piano, tocaría a Beethoven.

Si pudiera tocar guitarra, tocaría For the love of god de Vai.

Si pudiera componer una opera, compondría Der ring des nibelungen de Wagner.

Si pudiera cantar lírico, cantaría La donna e Mobile.

Si pudiera cantar una balada, cantaría Y volveré de los Ángeles negros.

Si pudiera cantar rock, cantaría Arte infernal de La renga.

Si pudiera cantar folclor, cantaría La exiliada del sur de Parra, pero la versión de los Bunkers.

Si pudiera cantar, lo haría todo el día.

Si pudiera bailar, bailaría tango.

Si pudiera actuar, actuaría solo en películas malas.

Si pudiera hacer las tres anteriores, haría el papel de Gene Kelly en Singing in the rain.

Si pudiera cocinar, cocinaría comida italiana.

Si pudiera viajar, iría al Serengeti, en África.

Si pudiera concentrarme, no estaría escribiendo esto.

Si pudiera elegir, ahora si elegiría bien.

Si pudiera escribir bien, no me aburriría de leerme yo mismo.

Si pudiera dejar de soñar, lo haría.

Si pudiera escribir lo que mis manos desean, sangraría.

Si pudiera escribir lo que mis ojos desean ver, lloraría.

Si pudiera escribir lo que mi alma desea, moriría.

Si pudiera escribir lo que quiero, lo haría.

Si pudiera,… lo haría.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El Árbol

La plaza de la avenida permanecía vacía, uno de los pocos días que esto sucedía era los domingos por la noche, él sabía que esto era así, por eso sus caminatas se habían trasladado a este espacio temporal.


Enfundado en zapatillas, jeans, y la delgada chaqueta azul que llevaba, caminaba por el centro del parque con ambas manos en los bolsillos del pantalón. El cielo estaba oscuro, solo un par de estrellas pequeñas se divisaban a momentos y realzaban aun más la negrura del firmamento. Los pocos sonidos que se escuchaban, pertenecían a perros, aves y los vehículos que pasaban cada cierto tiempo por las calles a los costados.


Decidió tomar un descanso, soltó su pesado cuerpo sobre una de las frías y duras bancas del lugar, subió la mirada para echar un nuevo vistazo al cielo y exhaló el aire helado con un largo y profundo suspiro, observó sus zapatillas, y las huellas que venia dejando sobre la tierra, volteo la cabeza para ver una negra ave aleteando entre las ramas de algún arbusto y volvió la mirada hacia sus pies.


De pronto, sus ojos inexpresivos se quedaron clavados sobre la imagen de un árbol, uno distinto a todos los del lugar, - me gusta ese árbol – pensó, ­- es como un árbol de cuentos – se terminó de aclarar a si mismo. Se mantuvo unos minutos con la vista fija observando el natural monumento, y pensando en los misterios que este podía esconder.


Un fuerte ruido lo saco de su trance, dio media vuelta la mirada, girando poco más que su cabeza, para darse cuenta que el sonido provenía de los frenos de un automóvil, donde un conductor con evidentes signos de no estar en condiciones para conducir, debió haber confundido las luces del semáforo.


Dejando de lado la distracción, se volvió para enfocar de nuevo la imagen del árbol, pero su expresión se transformó en asombro cuando la visión que se presentaba ante sus ojos mostraba la luminosa figura de una mujer. Era fulgurante como un relámpago, y permanecía inmóvil a un costado del árbol devolviéndole la mirada con expresión firme.


Entre sorprendido y emocionado, intentó levantarse y emprender el rumbo hacia la mujer, pero una vez de pie, sus piernas no se movieron más. La observó con más detenimiento, sus ojos brillaban como diamantes de jade, y parecía flotar por sobre el suelo del parque, su piel blanca transmitía una tranquilidad por la que se sintió sobrecogido y quiso con más ganas acercarse a ella, pero su cuerpo no obedecía a su mente, no podía mover un solo músculo, y su corazón se agitaba con fuerza.


El deseo de caminar logro que dejará de mirar a la mujer y bajara la vista a sus pies, cuando sus ojos se depositaron sobre sus zapatillas, sintió que recuperaba la movilidad al instante, que sus venas se llenaban de sangre nuevamente, y también de una inesperada alegría. Subió la vista, pero lo único que tenia ante él, era un árbol, un árbol que parecía de cuentos.

sábado, 30 de octubre de 2010

Noche en adagio

Noche plena, oscura, las nubes cubren las estrellas y cierran la bóveda del cielo, así los ángeles que ya se han aburrido de ser ángeles no pueden escapar en medio de las tinieblas, en la negrura, tampoco podemos escapar los que nos hemos aburrido de ser humanos.


No hace ni frío ni calor, o yo no soy ni frío ni caliente, más bien tibio, como habría dicho alguno de los secuaces de ese anarquista famoso de hace dos mil años. Afuera de mi ventana, la ciudad vive, como siempre hace las noches de sábado, aunque ya no es sábado, ya debe ser domingo, no lo sé con certeza, aquí no hay relojes, odio esas cosas con toda mi alma, a esta altura debe ser una de las pocas cosas que aun odio, pero se que ya es domingo, la noche me lo dice.


Como siempre, a mi lado derecho, el humo blanco de una taza de té barato asciende desvaneciéndose mientras empaña un costado de la pantalla, infinitamente dulce, relaja mis sentidos, también calma mi mente. Al otro extremo, cerca de mi siniestra, mantengo el libro de turno. Ambos rituales inútiles para un propósito más inútil aun.


Escribo lento, el sonido que llega a mis oídos me obliga a cerrar los ojos y entregarme a escucharlo por completo, a sentirlo, a no perder tiempo en cosas innecesarias, y a admirar las cosas magnificas que tengo al alcance en este momento. Lo haré. Es necesario obedecer a ese tipo de cosas cuando uno siente la necesidad de hacerlo, si no el arrepentimiento es grande. Mas tomaré unos minutos extras y terminaré esta pseudo-hoja-electrónica, también de esto siento necesidad.


Igualmente, tengo la certeza de que la música me esperará, esta noche Beethoven toca para mi, el sonido de su piano me es propio, no por merecimiento pero si por deseo. Además, ¿quien otro podría tocar para mi en una noche como esta?, nadie, solo él tiene melodías lo suficientemente trágicas y dramáticas como para que se sintonicen y mezcle con el ambiente de mi cuarto, de mi cabeza, de mi alma, de mi.


Esta noche lo escucho y prefiero los adagio, incluso los largo, hoy desestimo de sobremanera cualquier allegro, todo sea por la concordancia, por la fusión. Al igual que mis dedos en las teclas del teclado, y los suyos en las del piano, la noche transcurre lenta, casi no se me mueve, quizás por eso la luna se mantiene oculta, el cansancio de iluminar una noche tan eternamente larga, debe ser un suplicio para ella.


Más sonatas corren, los números aumentan, pero la noche no se mueve, dejaré esto, puede que entre las sonatas que faltan y el mundo onírico soporte hasta poder ver el amanecer, y descubrir de nuevo que esta, a pesar de larga, no fue una noche sin final.

viernes, 29 de octubre de 2010

La noche es noche

Vuelvo a escribir, más por necesidad que por gusto, más por obligación inconciente que por decisión conciente.


La noche es noche, no hay silencio a la luz de la luna, fortuna para ella, ya que no hay quien mire ningún cielo. Unos sueltos pares de estrellas cubren el manto celestial, su luz ignorada se funde en el ruido y en las luces propias de las noches de los viernes, el bullicio no es molesto, a veces, más molesta al alma el silencio.


El silencio es cruel y bondadoso, pero a voluntad propia, cuando el espíritu está en paz, el silencio lo acompaña sereno, tranquilo, pequeño, y limpia el camino de preocupaciones vagas y sin sentido, pero cuando el espíritu está inquieto, el silencio se vuelve terrible, temible, oscuro y gigantesco, y cubre al alma de miles de demonios internos de las más distintas y horribles caras, y transforma así, de mala gana, a cualquier ruido, por molesto y burdo que este sea, en una válvula para liberar a todos los satanases que se alojan en los confines de la mente.


La noche es noche, hace frío, o tengo frío, es indistinto, pienso mucho, en cosas incomprensibles, en cosas que no se, en cosas que no conozco, en cosas que no creo.


También creo, no se bien en que, creo en cosas que nunca han pasado, creo en cosas que se que no son ciertas y creo en cosas que no creo, creo mientras creo, creo historias que nadie leerá, frases que nadie escuchará y poemas que nadie sentirá, creo que creer es malo, creo que crear es bueno, creo que no vale la pena seguir creyendo, mas si creando.


La noche es noche, otra vez, y se mantiene firme e infinita, las noches no terminan, solo se esconden reposando mientras el día, inocentemente, se estima a si mismo dueño del mundo, pero la noche es la dueña, el tiempo seguramente comenzó de noche, y así mismo terminará el día en que la noche finalmente se haga constante. La noche es dueña por derecho, también de las almas humanas, de las desconcertadas, de las tristes, de las indecisas, de las almas destrozadas y de las almas insomnes, el día se queda con las que restan, y bien sabe este que son las menos.


La noche es noche, una vez más, y vuelve a ser noche. Escribiría, si pudiera, algún tonto cuento de terror, quizás con la noche como protagonista, o con un vagabundo que camina descalzo hacia una muerte horrible, o un anima desconsolada que grita en un rincón del cuarto de un niña pequeña, o con cualquier otra cosa, da igual, en este momento, los terrores que habitan mi cabeza son otros, son terrores antiguos y propios, no provienen de los ruidos ni de las sombras, si no desde el fondo de mi ser, desde el centro de mi pecho, esos terrores espantarían a cualquier fantasma, a cualquier demonio.


La noche es noche, más larga cuando se espera que amanezca pronto, más larga y triste cuando no se si el amanecer es un deseo real. La noche es noche, inmensa, fría, la noche es noche.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Sicario (parte 1)

Lentamente el reloj se acercaba a la media noche, el humo de la taza de café que mantenía en sus manos le humedecía el rostro mientras disfrutaba de su momentánea tranquilidad, en un momento más, cuando el jueves se transformara en viernes, la hora de trabajar llegaría, la adrenalina comenzaría a burbujear como agua hirviendo en el interior de sus venas y la emoción erizaría los vellos de todo su cuerpo formando una suerte de coraza que lo distanciaba de todo sentimiento de humanidad.


Miró hacia la ventana, pero por la distancia a la que se encontraba solo divisó oscuridad, volvió la cabeza conciente de que eso no importaba mucho, sabia perfectamente como iban a suceder las cosas, ya lo había hecho en demasiadas ocasiones como para pensar que las sombras o la luz variarían el resultado. Él prefería trabajar de noche, pero no todas las presas son nocturnas, y si había algo de lo que se enorgullecía, era de su magnifica capacidad de adaptación, por lo que también se había convertido en un gran amigo de la luz.


Lanzó otra mirada, esta vez al viejo reloj que rodeaba su muñeca izquierda, era hora de prepararse, tomó de un sorbo el café que le quedaba en la taza y se puso de pie en busca de un maletín que descansaba sobre la pequeña cama de su también pequeño cuarto. En algunos casos era necesario todo el maletín, pero en esta ocasión solo tomó dos artículos de su interior, una Glock 19 totalmente negra y su respectivo silenciador casi del mismo tamaño, pero de un color más metálico. Encajó el silenciador en el arma, y acto seguido la guardó en su pantalón afirmándola con el cinturón de cuero que siempre usaba, tomó una chaqueta y una bufanda de colores gastados, se colocó ambas frente al espejo y fue en busca de unos guantes que había comprado ese mismo día y que jamás volvería a usar.


Una vez que estuvo listo, dirigió sus pasos hacia una pequeña mesa que se encontraba en una esquina de la habitación, la mesita de madera se encontraba cubierta con dos trozos de genero de colores diferentes, el de más abajo era de un color púrpura intenso, mientras que el superior era de un rojo sangre impecable, sobre estas telas, numerosas velas de múltiples colores y formas permanecían encendidas brindando su luz tenue característica, a sendos costados, colgados desde unos clavos incrustados en las paredes, yacían dos rosarios blancos que caían como cascadas iluminadas por las llamas casi eternas de las velas en el medio de la penumbra, en el centro del elaborado altar, una figura se erguía espectral y orgullosa, un esqueleto humano, investido de la cabeza a los tobillos con las túnicas de la virgen María, una corona adornada de joyas y perlas sobre su cabeza, un rosario de rosas amarillas colgado del cuello, a sus pies, pétalos de flores y en su mano derecha una guadaña; La santísima Muerte.


Se arrodilló frente al altar y dijo: - santísima Muerte, acompáñame en esta ocasión así como lo has hecho siempre, no dejes que mis pasos se desvíen, pues yo soy uno de los que te acompañan en tu labor – apretó con fuerza una cruz con incrustaciones de calaveras, que llevaba colgada al cuello y terminó diciendo: - la muerte es justa y pareja para todos, pues todos vamos a morir – se levantó, tomó sus llaves y se encaminó hacia la puerta…

lunes, 20 de septiembre de 2010

Nerds

Con el green album de Weezer como cortina de fondo, pienso en las clases de personas que hay, y particularmente en la más menospreciada de todas, y seguramente también la menos comprendida, menos respetada, menos valorada y una serie de “menos” más. Los Nerds.


Equívocamente la gente hace muchas aseveraciones sobre los nerds que no son ciertas (aunque muchas otras si), pero hay dos cosas (al menos) que se cree de los nerds en las cuales las personas se equivocan, “estúpidos” y “aburridos”.


Los y las nerds no somos (y aquí me incluyo, no porque me sienta ciento por ciento nerd, pero esto me representa de sobremanera) estúpidos, de hecho, que la gente no entienda las cosas por las cuales nos reímos parece más un sinónimo de su poca capacidad de comprensión, que un defecto nuestro.


Además, que alguien se sepa de memoria Star Wars, que se haya pasado todos los Final Fantasy, que coleccione figuras de acción (no son muñecas), que haya leído Spider man, Capitán América y X-men en cómics, antes de ver esas películas mounstrosamente malas, que tenga en DVD todas las temporadas de Saint seiya, que juegue cartas magic o juegos de rol, que escuche Weezer, que hable de sus estudios en los carretes, o un montón de cosas más, no es ser aburridos, es solo una clase rara de distinción.


Por cierto, el perraje (entiéndase esto como el general de la población humana) debería darse en el pecho con una roca con puntas sobresalientes, un ejemplo claro es está porquería yankee de Internet, si no fuera por los nerds, esto no existiría, si el señor Gates hubiera tenido vida social, o algo mejor que hacer con su mente, no existiría nada de esto y se estarían perdiendo la posibilidad de leer a un talentoso como yo, no, lo último en realidad no es cierto, pero lo del Internet si, piénsenlo.


Se está acabando el disco, y necesito terminar la columna antes de comenzar a desvariar, no se si he escrito demasiado lento, si me gusta tanto la música que me desconcentro o si el álbum en cuestión es demasiado corto.


Bueno, no queda mucho por decir, gracias a los nerds que hacen que este mundo sea… eh… diverso, ya que sin ellos solo habría populares y matones, lo cual me impulsaría irrevocablemente hacia el suicidio.


Bien, adiós, seguiré escuchando a Weezer, y después quizás vea El imperio contraataca.


Próxima misión: ver Big bang theory y Glee.


Love & Rockets.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Cabrones

I’m back (in black), si, volví, ¿a que? No tengo la menor idea, bueno, a ver… eeehh… no se que escribir, así que he prendido el televisor y voilà, la respuesta para esta, así como para muchas otras cosas en la vida está en la televisión, Mtv pasa South Park.

Hace unos días veía libros en la librería Antártica, la única medianamente decente (aunque cara) que hay en la ciudad, entre los títulos aparecía uno escrito por una dama cuyo apellido no recuerdo, lo titulaba ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? Bueno, yo no se la respuesta a eso, aunque personalmente si lo comparto, si, me gustan las cabronas, pero y a quien no.

Piénsenlo un momento, estamos llenos de personajes y personas cabronas, que circulan haciendo lo que se les ocurre, cuando quieren, como quieren y a quien quieren, ¿y? ¡Sorpresa! A todos los amamos, y no es que nuestro sentido común este en huelga, es solo que es inevitable hacerlo, hay muchos ejemplos en la vida real, pero son aburridos, así que mencionare algunos de series.

Supongo que uno de los casos más emblemáticos de esto, es nuestro querido amigo el Dr. House, ya todos conocen a House, y a la gran mayoría les agrada, ¿por que?, porque es un cabrón, nadie debería quererlo, pero sin embargo todos lo aman.

Es irónico si pensamos en que es el mismo tipo que pregunto si aún era ilegal hacerle un autopsia a un hombre vivo, el mismo que le disparó a un cuerpo en la morgue para saber si podía sacarle los fragmentos de bala con un imán gigante y se excuso diciendo que dispararle a alguien vivo causa más papeleo, es el mismo que envía a su equipo medico no solo a entrar ilegalmente a las casas de sus pacientes, si no también los ha enviado a comprar drogas y desenterrar cadáveres, y la lista sigue.

Otro gran ejemplo, y quizás mucho más increíble, es un niño de una de las series animadas más brutalmente verdaderas de todos los tiempos; Eric Cartman, de South Park, es el mal hecho persona, no existe nada comparable, es sin ninguna duda el más grande de todos los cabrones, el cabrón mayor.

Cartman hace todo en beneficio propio, sin importar las consecuencias de esto, su persona es primero sobre todo y no hay reglas, ni leyes morales o legales que impidan que este pequeño mounstro cumpla con alguno de sus sórdidos y ambiciosos deseos.

Por si alguien no ha visto la serie, les cuento un par de cosas, Cartman ha dirigido tres revoluciones nazis (una venerando a Mel Gibson), creó una secta de Jesús para ganar dinero, preparó las cenizas de uno de sus amigos como si fuera chocolate en polvo, convenció a una mujer de abortar con la excusa de que su placenta salvaría la vida de Kenny y la uso para duplicar una pizzería, se hace pasar por discapacitado para competir en las olimpiadas especiales y una vez en venganza por una apuesta, mata a los padres de un niño, los tritura y los mezcla con chile, luego hace que él mismo niño se los como e invita a Radiohead para que se burlen de él por llorar.

Gracias Cartman, te queremos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Septiembre

Viernes, hace días que no escribía aquí, entre la flojera y la falta de tiempo a veces se me olvida que esto existe. Al menos no es falta de ideas, de hecho también es una buena excusa para mi ausencia, me he entretenido escribiendo tres historias, una larga (la última visita) y las otras dos cortas (la casa de los suicidios y para la otra no tengo nombre aun) en fin, esto no le importa a nadie – ¿y entonces por que lo escribo? – no lo se, mala costumbre supongo, bueno, a lo que nos convoca.


Empezó Septiembre, eso significa dos cosas, y haciéndole honor al cliché, es una buena y una mala; la buena, con Septiembre se empieza a acabar el frío, cosa muy buena porque ya empezaban a aburrirme las bajas temperaturas, además este invierno fue particularmente frío, de ahora en adelante recordaré el invierno de 2010 tal como Jorge Gonzáles lo cantaba en los prisioneros nunca pensé que justo este invierno, sería el mas frío que he visto pasar.


La parte mala es… bueno… la verdad es que en Septiembre todo lo demás es malo, enumeremos: alergias, viento, fiestas patrias, desfiles, milicos, hilo curado, curados, cueca cuica (entiéndase con esto, por ejemplo, los huasos quincheros), gente vestida de huaso acá en el norte (exijo una explicación), todas las casas elevando una bandera que jamás han respetado, pseudo-patriotismo exagerado a un punto casi nazi, el rodeo, las ramadas tocando cumbia, flayterias varias, música tropical y ragueton, en fin, podría seguir por hojas así.


Además de lo anteriormente mencionado, debemos caer en la cuenta de que por alguna razón que al menos a mi numerologicamente no me calza, se celebrará el bi-centenario de Chile, por lo que el pseudo-patriotismo, la xenofobia y el racismo estarán más exaltados que nunca en nuestra querida población.


También les recuerdo a los que estén emocionados por las celebraciones, que este aniversario no nos pertenece a todos, y claro, tampoco les pertenece a los que debería, si no es cosa de pensar un poco, todas las etnias autóctonas de nuestro país están reducidas a casi recuerdos y han sido mantenidas lo mas alejadas y encerradas que sea posible para que sus creencia no interfieran con el mal llamado progreso, si esta fiesta no les pertenece a los “chilenos” más antiguos de todos, no se me ocurre a quien le pertenezca en verdad.


Lo irónico de todo esto es que los que con mayor gloria festejaran, ni siquiera tienen apellidos chilenos, si no piense en todo el gabinete de gobierno, en los empresarios, en los comunicadores, en todo al final de cuentas.


Siempre he querido saber por que siempre queremos echar a los peruanos de aquí, que a final de cuentas vienen a trabajar y no a los primer mundistas, que son los que nos vienen a explotar.


Se acabó la hoja, y la columna fue tan dispersa y variada como mala y aburrida.

viernes, 27 de agosto de 2010

Recuerdo D.A.L.R.

La gente pasa a lo largo de tu vida tal y como caminas por una calle concurrida, algunos con más importancia que otros, pero al final todos salen para seguir su camino, todos, siempre.

De todos los que entran y salen, la gran mayoría lo hace por decisión propia, pero por desgracia con algunos no sucede así. Hoy, 27 de Agosto, no es un día particularmente alegre para mí, pues es la misma fecha en que hace años un gran amigo dejo obligada y apresuradamente este mundo maldito. No mencionaré su nombre, ni contaré como ocurrieron las cosas porque a nadie le interesa, y a los que si, bien sabemos estas dos cosas.

Hoy, y como pasa con muchas cosas, los números se juntan de manera macabra. Todo esto ocurrió hace siete años, en esa tarde fuimos siete personas quienes lo despedimos, para que fuera a un viaje del que suponía volvería en dos semanas y del cual no regresó, y fue justo a las siete de la tarde cuando el accidente ocurrió. Quizás no sea más que una coincidencia estúpida, y además, ¿importa?, no, claro que ya no importa.

Jamás me olvidaré de cómo lucia el rostro de mi amigo cuando se despidió ese día, es uno de esos recuerdos que aunque quieras sacar de tu cabeza se guarda nítido como una fotografía y se aparece solo y justo cuando él lo quiere.

Cuando se fue parecía apenado por algo, ¿lo sabia? Quizás, nunca lo sabré con certeza, pero déjenme decirles, si él hubiera sabido lo que pasaría, habría viajado de todas formas, de eso estoy seguro, lo conocía bien, siempre puso su propia importancia detrás de la de los demás, siempre exteriorizo su felicidad, aprendí muchas cosas de él, pero eso, es algo que no se puede aprender, es algo con lo que solo unos pocos tienen, la suerte o desdicha (como prefieran) de nacer.

Podría contar tantas historias que vivimos, tantas imbecilidades que hicimos de chicos, tantas cagadas que nos mandamos, pero no contaré nada de eso, prefiero mantener esas cosas en mi memoria, al fin y al cabo siempre hay cosas que no pueden describirse, ni cuando las hablas, y ni siquiera escribiéndolas.

Algo curioso de todo esto, es que a las otras seis personas con las que compartía hace ya siete años, no las he visto hace mucho, ya no me relaciono con ninguno de ellos, y pensar que todos éramos amigos inseparables, pero bueno, la verdad se que hay uno de ellos que por los mismos motivos del que hablaba antes, ya nunca lo volveré a ver, al menos no en esta vida, sé que uno está en Santiago, cumpliendo el sueño que todos teníamos en aquella época; tocar música, no grabar, ni vender, ni nada, solo tocar música, a una la vi hace un tiempo, extrañamente en otro velorio, de los otros tres no tengo idea.

En fin, ojala todos estén bien, y si por alguna casualidad se acordaron de la fecha, o de alguno de los que estuvimos en sus vidas antes, no sea para mal, y entiendan que todos los que alguna vez entran en tu vida, saldrán.

martes, 24 de agosto de 2010

Epifanía

Frío. Demasiado, externo e interno, para el primero los guantes y la bufanda no son suficientes, para el segundo, no tengo solución. En fin, hay otras cosas que no se enfrían nunca, como la sangre, la sangre siempre se mantiene a temperatura, siempre roja. Ayer vi mucha sangre, pero tranquilos, no he matado a nadie (al menos no aun), vi lo mejor que ha hecho Tim Burton, la adaptación para cine de Sweeney Todd, The Demon Barber Of The Fleet Street.


No me detendré a analizar la película ya que es totalmente innecesario, solo quiero robarles un momento y transportarlos a un minuto en particular, a la canción llamada Epifanía, por si alguien no lo recuerda es el tema que canta Sweeney justo después de haber tenido al infame juez Turpin al alcance de su brazo, y por ende de su navaja, y tras la interrupción de Anthony este se le escapa Tras el momento lógico de frustración, nuestro diabólico (aunque para nada demente) barbero, comienza vivir la verdadera epifanía.


Sweeney decide algo que muchos antes que él han decido también, todos merecen morir y todos merecemos morir, ojo con esto, porque dice “merecemos” y no “debemos” u otro verbo similar, esto es importante porque el “deben”, por ejemplo, no implica nada aparte del mismo deber, pero el “merecen” implica que hemos hecho algo para recibir este… castigo o salvación, se los dejo a ustedes.


Y bueno, admitámoslo, todos hemos hecho cosas que merecen que nos maten, o en el mejor de los casos, algunos (y espero por el bien de mi salud mental no ser el único) hemos pensado también en que todos merecen morir y al menos en el universo cerrado que es nuestra propia mente, hemos sido nosotros con nuestras propias manos los que convierten esta sentencia en realidad, a veces, y más de una con mucha seriedad, he pensado que me gustaría tener la fuerza para entregarme a la esa misma bendita epifanía y que suceda lo que tiene que suceder.


En fin, supongo que hay que tener demasiada fuerza para eso, y yo no la tengo, o quizás no estoy lo suficientemente seguro de que lo que Sweeney dice sea así, quizás.


Bueno ya se me quitaron las ganas de seguir escribiendo, además, si sigo pensando en esto, puede que algún día tome una decisión solo con la cabeza, lo que implica olvidarse de todos los demás y de los sentimientos que tengas por ellos.


They all deserve to die

Tell you why, Mrs. Lovett, tell you why

Because in all of the whole human race, Mrs. Lovett

There two kinds of men and only two

There’s the one staying put in his proper place

And the one with his foot in the other one’s face

Look at me, Mrs. Lovett, look at you

Though we all deserve to die

Even you, Mrs. Lovett, even I. (Sweeney Todd)

viernes, 20 de agosto de 2010

El último maestro del aire

Días poco literarios, pero no menos productivos, seguimos con el arte, en esta ocasión del séptimo; el cine (ven que ahora también soy critico). El último maestro del aire, fue el nombre con el que hicieron la adaptación de Avatar, la leyenda de Aang. Una mala decisión, y descartando que James Cameron se robo el nombre para ponérselo a su mala película, creo que por lo menos en el titulo debió haberse explicado que está película solo cuenta la historia del primer libro, no la de la serie completa.


Por si han escuchado las criticas gringas que han destrozado la película, paso a explicarles que esto no es porque el filme en cuestión sea malo, si no porque el director Night Shyamalan, de origen indio (si hueón, de India), ha sido constantemente atacado por los críticos yankees, para mantener el monopolio de las producciones hollywoodenses en manos de los directores del primer mundo.


Bien, después de ese momento anti-imperialista, hablemos de la película, como primera cosa, si vieron la serie, seguramente les parecerá que todo está demasiado comprimido, que las cosas se juntaron mucho y que pareciera que la cronología no corresponde, pero la verdad es que está muy bien ordenada, en honor al tiempo se tomaron los momentos mas importantes, y se trató de incluir lo más posible, además se entiende bien la historia si no has visto la serie, y queda claro cual es el rol que juega cada personaje.


Importante es destacar, que la película, si bien en algunas partes saca unas sonrisas no es más que eso, es mucho más intensa y seria de lo que es la serie de dibujos animados, no está hecha para hacer reír, y el personaje de Aang, que por lo demás está increíblemente bien representado, es mucho más profundo de lo que a primera vista se ve.


Los escenarios, los fondos, las naves de la nación del fuego, y en general todo lo que forma parte del entorno, y del medio ambiente de la película es sensacional, los personajes son buenos al igual que las actuaciones, la cámara lenta y los efectos funcionan acorde a lo que la escena requiere, y la música y los sonidos no son menos de lo que se espera.


Si hay algo en el filme que se podría decir genial, es la manera de usar los poderes naturales, me refiero a los movimientos que son requeridos para ejecutar los distintos poderes de cada elemento, están tomados muy bien de la serie y además los movimientos de artes marciales que usan los personajes están excelentemente bien hechos, tal y como deben hacerse, es kung-fu de verdad y no agringado.


Por último, me quiero quedar con un gran mensaje en la película, y no me refiero al mensaje de la serie en sí, que si es muy bueno, porque tiene que ver con el equilibrio de las cosas y de lo natural, pero en este primer libro, el desafío de Aang es aceptar su destino, y no mantener rabia en corazón, ni odio hacia nadie, pues esa no es la misión del avatar, y entiende algo muy valioso, que si te equivocaste en el pasado, solo podrás ser perdonado una vez que tu mismo te perdones primero.

miércoles, 18 de agosto de 2010

The Final Frontier

En esta ocasión me alejaré de las historias sin sentido y de los malos poemas (de estos últimos, y por el bien de la poesía quizás para siempre) para hablarles de algo igualmente importante; la música, y del mejor de los estilos de esta; el rock, y del mejor de los géneros de este; el Heavy metal, y claro, de la mejor banda del genero, (por tanto también de la música en general), así que por favor, como diría Bruce Dickinson: Scream for the Iron Maiden.


Hace un par de días, se lanzó oficialmente el nuevo álbum de la banda británica, que por nombre lleva The final frontier, desde que unos meses atrás se supo cual seria el nombre de la nueva placa, los rumores de que este fuera el último, o mejor dicho, el lanzamiento final de Iron Maiden, comenzó a cobrar mucha fuerza, y aunque los miembros de la banda no se han pronunciado sobre nada parecido a esto, en la humilde opinión de este servidor, parece no ser así. El disco no pinta para ser una despedida, y ya que el tour mundial para presentar el mismo ya se está agendando, al parecer los fanáticos podemos respirar tranquilos.


El disco en si es muy bueno, de hecho, creo que es lo mejor que han hecho Bruce, Steve y los muchachos desde que en 2001 saliera Brave New World, es un álbum con un ritmo muy definido, como ha sido la tónica de los últimos, pero mantiene firme la esencia del Heavy de Maiden, aún la voz de Dickinson canta notas que te siguen sorprendiendo, las guitarras trillizas tocan en momentos como una sola y solo segundos después están dispersadas dándole a cada canción toques únicos, para luego volver a juntarse y a dar la impresión de que Adrian, Janick y Dave tocaran sobre el mismo puente, la batería enorme de Nicko suena a momentos bastante pasiva, pero la constancia y los cambios rítmicos en algunos temas te recuerdan lo gran baterista que es, y Steve, sigue siendo Steve, bajo de cuatro cuerdas, nada de uñetas y los increíbles ritmos de galope que han caracterizado los coros Iron Maiden através de los años.


Si alguien tenía la expectativa de que el disco nuevo sonara como los de los ochentas, lamento decirle que no es así, no encontraran aquí cosas de Powerslave, ni de Piece of Mind o The number of the Beast, aunque si mucho de Somewhere in time.


Si hay que destacar algunos temas, bueno, el segundo del disco, El Dorado, que al parecer será el caballito de batalla para las radios, es Iron en todo su esplendor, corto, rápido y con coros en notas que solo Bruce canta bien, después están Isle of Avalon y The Talismán, ambas de larga duración y de cambios de ritmos excelentes (La primera recuerda a The Rime of The Ancient Mariner y la segunda a Virus).


Para finalizar, dos cosas, primero; gracias a Iron Maiden por no venderse y seguir haciendo su música tal y como la sienten, y segundo; señores de las revistas de música ¿Qué están esperando?, acepto ofertas.

martes, 17 de agosto de 2010

Sonríe

Sonríe, sólo sonríe, que si no los pájaros no han de cantar,

Y su melodía de alegría para siempre se perderá.


Sonríe, para que el sol no deje de brillar, y el viento no deje de soplar,

Para que cuando llegue la primavera las rosas no dejen de brotar,

Que si las rosas se acaban, también en parte el amor,

Pues ya no habrá romance, rosas, ni bombones en forma de corazón.


Sonríe para que el cielo esté feliz, y el mar en calma,

Para que los atardeceres anaranjados llenen las almas,

De los amantes nerviosos y avergonzados

Que por primera vez miran el ocaso con alguien a su lado.


Sonríe sólo sonríe, que la sonrisa se marca en tu cara,

Como huella eterna de una inocencia sagrada,

De rosas, chocolates y besos creada

Que jamás por nada debería ser perturbada.


Sonríe, como nadie más puede sonreír,

Deleita a los ojos de los que te vean pasar,

Con tu sonrisa sin igual,

Sonríe, como nadie más lo sabe hacer,

Y los ojos que te vean sonreír,

Lograran de nuevo en la felicidad creer.


Sonríe, porque debes sonreír,

Porque una sonrisa como la tuya no debería jamás sufrir,

Sonríe para el mar, para el viento y para el cielo,

Aunque con tu sonrisa hermosa solo les causes celos.


Sonríe sólo sonríe,

Porque mereces siempre sonreír,

Porque mereces ser feliz.


Porque yo soy feliz cuando tú sonríes,

Sonríe, sólo sonríe.

domingo, 15 de agosto de 2010

A-Dios

No se como llamarte, te han puesto tantos nombres estos sub-normales, que ya es imposible que entiendan que se refieren a ti mismo, pero descuida, no les haré una crítica religiosa ni nada por el estilo, no está vez, en esta ocasión es solo una confesión.


Sé que hemos tenido diferencias de opinión, y de cómo deberían hacerse las cosas a veces, has mandado a buscar a muchas personas que no deberían haberse ido aun, algunas demasiado jóvenes, y las hecho de menos, y honestamente, hay mucha otra gente a la que deberías llamar ya, para que dejen de hacer mal al mundo.


En fin, dije que esto seria una confesión y no una critica, supongo que debería empezar por disculparme por toda la tonelada de cosas que he dicho en tu contra, y no me refiero a las blasfemias y herejías, ya que la mayoría de esas fueron solo por algún chiste sarcástico. No, me disculpo por la veces que tus razones fueron mas poderosas que mis fundamentos lógicos, obviamente no detallare cuales son ya que supongo que tienes algo para mirar a la lejanía y lo ves todo, algo así como la espada del augurio de Leono.


Hay cosas que dije de las que no me arrepiento, creo aun, que has sido muy injusto en muchas cosas, y que deberías castigar a los que se hacen millonarios a costa de tu nombre, esos si son unos traidores (no como el pobre Judas), además también se lavan las manos peor de lo que lo hizo Pilatos.


También creo que no deberías destruir el mundo aun, si, algunos nos lo merecemos con creses, pero hay gente tan buena en este maldito planeta, que por ellos, deberías tener aun algo de esperanza, y si de todas formas lo quieres hacer, te pediré un favor, quiero pelear en tu épica, casi señor de los anillos, ultima batalla, y si hueon, a pesar de lo que pienses quiero estar de tu lado, no por ti, ni por mi, sino por ellos, por los pocos ejemplares en extinción de este mundo por los que vale la pena morir.


Ah, no creas que luego de esto te rezare o iré a escuchar a algún tipejo en la catedral, no, eso no pasará, pero sé que ahora me pondrás un poco más de atención cuando te hable, y yo tratare de tener las orejas atentas para cuando tú lo hagas.


Aun tengo muchas preguntas que hacerte, y hay un millón de cosas que no entiendo, pero esas te las haré en persona, y como ese momento se acerca ahora más rápido que antes, me aguantaré mi metrofobia y esperaré un poco más.