I’m back (in black), si, volví, ¿a que? No tengo la menor idea, bueno, a ver… eeehh… no se que escribir, así que he prendido el televisor y voilà, la respuesta para esta, así como para muchas otras cosas en la vida está en la televisión, Mtv pasa South Park.
Hace unos días veía libros en la librería Antártica, la única medianamente decente (aunque cara) que hay en la ciudad, entre los títulos aparecía uno escrito por una dama cuyo apellido no recuerdo, lo titulaba ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? Bueno, yo no se la respuesta a eso, aunque personalmente si lo comparto, si, me gustan las cabronas, pero y a quien no.
Piénsenlo un momento, estamos llenos de personajes y personas cabronas, que circulan haciendo lo que se les ocurre, cuando quieren, como quieren y a quien quieren, ¿y? ¡Sorpresa! A todos los amamos, y no es que nuestro sentido común este en huelga, es solo que es inevitable hacerlo, hay muchos ejemplos en la vida real, pero son aburridos, así que mencionare algunos de series.
Supongo que uno de los casos más emblemáticos de esto, es nuestro querido amigo el Dr. House, ya todos conocen a House, y a la gran mayoría les agrada, ¿por que?, porque es un cabrón, nadie debería quererlo, pero sin embargo todos lo aman.
Es irónico si pensamos en que es el mismo tipo que pregunto si aún era ilegal hacerle un autopsia a un hombre vivo, el mismo que le disparó a un cuerpo en la morgue para saber si podía sacarle los fragmentos de bala con un imán gigante y se excuso diciendo que dispararle a alguien vivo causa más papeleo, es el mismo que envía a su equipo medico no solo a entrar ilegalmente a las casas de sus pacientes, si no también los ha enviado a comprar drogas y desenterrar cadáveres, y la lista sigue.
Otro gran ejemplo, y quizás mucho más increíble, es un niño de una de las series animadas más brutalmente verdaderas de todos los tiempos; Eric Cartman, de South Park, es el mal hecho persona, no existe nada comparable, es sin ninguna duda el más grande de todos los cabrones, el cabrón mayor.
Cartman hace todo en beneficio propio, sin importar las consecuencias de esto, su persona es primero sobre todo y no hay reglas, ni leyes morales o legales que impidan que este pequeño mounstro cumpla con alguno de sus sórdidos y ambiciosos deseos.
Por si alguien no ha visto la serie, les cuento un par de cosas, Cartman ha dirigido tres revoluciones nazis (una venerando a Mel Gibson), creó una secta de Jesús para ganar dinero, preparó las cenizas de uno de sus amigos como si fuera chocolate en polvo, convenció a una mujer de abortar con la excusa de que su placenta salvaría la vida de Kenny y la uso para duplicar una pizzería, se hace pasar por discapacitado para competir en las olimpiadas especiales y una vez en venganza por una apuesta, mata a los padres de un niño, los tritura y los mezcla con chile, luego hace que él mismo niño se los como e invita a Radiohead para que se burlen de él por llorar.
Gracias Cartman, te queremos.
Hace unos días veía libros en la librería Antártica, la única medianamente decente (aunque cara) que hay en la ciudad, entre los títulos aparecía uno escrito por una dama cuyo apellido no recuerdo, lo titulaba ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? Bueno, yo no se la respuesta a eso, aunque personalmente si lo comparto, si, me gustan las cabronas, pero y a quien no.
Piénsenlo un momento, estamos llenos de personajes y personas cabronas, que circulan haciendo lo que se les ocurre, cuando quieren, como quieren y a quien quieren, ¿y? ¡Sorpresa! A todos los amamos, y no es que nuestro sentido común este en huelga, es solo que es inevitable hacerlo, hay muchos ejemplos en la vida real, pero son aburridos, así que mencionare algunos de series.
Supongo que uno de los casos más emblemáticos de esto, es nuestro querido amigo el Dr. House, ya todos conocen a House, y a la gran mayoría les agrada, ¿por que?, porque es un cabrón, nadie debería quererlo, pero sin embargo todos lo aman.
Es irónico si pensamos en que es el mismo tipo que pregunto si aún era ilegal hacerle un autopsia a un hombre vivo, el mismo que le disparó a un cuerpo en la morgue para saber si podía sacarle los fragmentos de bala con un imán gigante y se excuso diciendo que dispararle a alguien vivo causa más papeleo, es el mismo que envía a su equipo medico no solo a entrar ilegalmente a las casas de sus pacientes, si no también los ha enviado a comprar drogas y desenterrar cadáveres, y la lista sigue.
Otro gran ejemplo, y quizás mucho más increíble, es un niño de una de las series animadas más brutalmente verdaderas de todos los tiempos; Eric Cartman, de South Park, es el mal hecho persona, no existe nada comparable, es sin ninguna duda el más grande de todos los cabrones, el cabrón mayor.
Cartman hace todo en beneficio propio, sin importar las consecuencias de esto, su persona es primero sobre todo y no hay reglas, ni leyes morales o legales que impidan que este pequeño mounstro cumpla con alguno de sus sórdidos y ambiciosos deseos.
Por si alguien no ha visto la serie, les cuento un par de cosas, Cartman ha dirigido tres revoluciones nazis (una venerando a Mel Gibson), creó una secta de Jesús para ganar dinero, preparó las cenizas de uno de sus amigos como si fuera chocolate en polvo, convenció a una mujer de abortar con la excusa de que su placenta salvaría la vida de Kenny y la uso para duplicar una pizzería, se hace pasar por discapacitado para competir en las olimpiadas especiales y una vez en venganza por una apuesta, mata a los padres de un niño, los tritura y los mezcla con chile, luego hace que él mismo niño se los como e invita a Radiohead para que se burlen de él por llorar.
Gracias Cartman, te queremos.
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