Viernes, hace días que no escribía aquí, entre la flojera y la falta de tiempo a veces se me olvida que esto existe. Al menos no es falta de ideas, de hecho también es una buena excusa para mi ausencia, me he entretenido escribiendo tres historias, una larga (la última visita) y las otras dos cortas (la casa de los suicidios y para la otra no tengo nombre aun) en fin, esto no le importa a nadie – ¿y entonces por que lo escribo? – no lo se, mala costumbre supongo, bueno, a lo que nos convoca.
Empezó Septiembre, eso significa dos cosas, y haciéndole honor al cliché, es una buena y una mala; la buena, con Septiembre se empieza a acabar el frío, cosa muy buena porque ya empezaban a aburrirme las bajas temperaturas, además este invierno fue particularmente frío, de ahora en adelante recordaré el invierno de 2010 tal como Jorge Gonzáles lo cantaba en los prisioneros nunca pensé que justo este invierno, sería el mas frío que he visto pasar.
La parte mala es… bueno… la verdad es que en Septiembre todo lo demás es malo, enumeremos: alergias, viento, fiestas patrias, desfiles, milicos, hilo curado, curados, cueca cuica (entiéndase con esto, por ejemplo, los huasos quincheros), gente vestida de huaso acá en el norte (exijo una explicación), todas las casas elevando una bandera que jamás han respetado, pseudo-patriotismo exagerado a un punto casi nazi, el rodeo, las ramadas tocando cumbia, flayterias varias, música tropical y ragueton, en fin, podría seguir por hojas así.
Además de lo anteriormente mencionado, debemos caer en la cuenta de que por alguna razón que al menos a mi numerologicamente no me calza, se celebrará el bi-centenario de Chile, por lo que el pseudo-patriotismo, la xenofobia y el racismo estarán más exaltados que nunca en nuestra querida población.
También les recuerdo a los que estén emocionados por las celebraciones, que este aniversario no nos pertenece a todos, y claro, tampoco les pertenece a los que debería, si no es cosa de pensar un poco, todas las etnias autóctonas de nuestro país están reducidas a casi recuerdos y han sido mantenidas lo mas alejadas y encerradas que sea posible para que sus creencia no interfieran con el mal llamado progreso, si esta fiesta no les pertenece a los “chilenos” más antiguos de todos, no se me ocurre a quien le pertenezca en verdad.
Lo irónico de todo esto es que los que con mayor gloria festejaran, ni siquiera tienen apellidos chilenos, si no piense en todo el gabinete de gobierno, en los empresarios, en los comunicadores, en todo al final de cuentas.
Siempre he querido saber por que siempre queremos echar a los peruanos de aquí, que a final de cuentas vienen a trabajar y no a los primer mundistas, que son los que nos vienen a explotar.
Se acabó la hoja, y la columna fue tan dispersa y variada como mala y aburrida.
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